Educar en la puntualidad: una cuestión de aprendizaje, no de sanción
2025-10-12 14:15:21 by Cecilia Villavicencio

Educar en la puntualidad: una cuestión de aprendizaje, no de sanción

Como toda la lógica que sostiene al sistema de evaluación de la Organización, la enseñanza de la puntualidad debe abordarse desde un enfoque positivo, centrado en el aprendizaje, y no desde la búsqueda del error o la falta. La cuestión no es castigar la entrega tardía de una tarea, sino acompañar a los estudiantes en el desarrollo de una habilidad fundamental: cumplir con los plazos acordados como parte de su formación integral.

Trabajamos para educar en la puntualidad, no para sancionar la impuntualidad. Restar puntos de los criterios por una entrega tardía desvirtúa el sentido de la evaluación, ya que introduce un elemento conductual en la medición de una competencia académica. La evaluación debe reflejar el nivel de logro en relación con los objetivos de aprendizaje, no penalizar la falta de organización o la gestión ineficiente del tiempo. En lugar de sancionar, debemos enseñar y acompañar.

Educar en la puntualidad es mucho más que exigir que una tarea llegue a tiempo. Implica enseñar a los estudiantes a planificar, organizar, priorizar y asumir compromisos. Significa mostrarles que el tiempo es un recurso limitado y valioso, que la previsión evita el estrés y que la constancia abre espacio a la creatividad y al bienestar. Enseñar a gestionar los tiempos es enseñar a vivir con responsabilidad.

Entre las estrategias más efectivas para fomentar esta habilidad se incluyen: dividir las tareas en etapas con plazos intermedios, establecer calendarios visibles, usar recordatorios, promover la reflexión sobre el tiempo perdido y cumplido, y mantener tutorías que ayuden a los estudiantes a anticipar dificultades. También es esencial que el profesorado modele la puntualidad en su propia práctica, cumpliendo los tiempos prometidos para la entrega de materiales y retroalimentaciones.

En el marco de los enfoques de la enseñanza y el aprendizaje de la Organización, la gestión del tiempo se reconoce como una de las habilidades clave dentro del grupo de autogestión. Aprender a priorizar, planificar y cumplir con los plazos acordados no solo mejora el rendimiento académico, sino que fortalece la autonomía, la capacidad de organización y el sentido de responsabilidad personal. Cuando la puntualidad se enseña como parte de este proceso, deja de ser una expectativa de comportamiento y se transforma en una competencia para la vida.

Educar en la puntualidad no es un acto de control, sino un acto de confianza. Con cada fecha cumplida, los estudiantes no solo entregan una tarea: se entregan a su propio crecimiento.

 

Fotografía de Phil Desforges en Unsplash.