En español, por favor
2019-10-02 08:12:57 by Maripaz Aguilera
¿Olvidaste tu «password»?. Nos presentó un «approach» muy interesante. Me encanta el «look» del «project manager».
Estos son solo algunos ejemplos de la influencia del inglés en la vida cotidiana, y es que es difícil que hoy un hispanohablante no recurra -conscientemente o no- a la lengua de Shakespeare para referirse a un elemento de su realidad consuetudinaria.
Desde hace ya algunos años, varias instituciones tales como la RAE nos están avisando de la frecuente incidencia de anglicismos en la publicidad y otros muchos ámbitos y han realizado campañas para animar a los hispanohablantes a utilizar los vocablos equivalentes en nuestra lengua y promover, así, el uso del español correcto.
No obstante, y a pesar de la carga humorística, algunas campañas reflejan fielmente un fenómeno lingüístico que preocupa a algunos y divierte a otros, pero que, sin duda, crece inevitablemente de la mano del desarrollo de las nuevas tecnologías.
Este fenómeno dista mucho de ser reciente, puesto que, desde sus albores, la lengua española ha insertado en su léxico numerosos extranjerismos. Los préstamos de otras lenguas sirven, mayoritariamente, para designar una idea, un concepto o un objeto que no existe en la lengua o en la cultura que lo acoge. Sin embargo, en su mayoría, los anglicismos usados hoy en día tienen un vocablo equivalente en español. Entonces, ¿por qué los usamos?
A mi juicio, el uso de anglicismos tiene algo más que ver con una suerte de subestimación del español en nuestras filas que con una carencia léxica. El inglés, con la ayuda de las redes sociales, se ha erigido en lengua vehicular de Internet, y su uso público crea la impresión modernidad, actualización, rapidez y en ciertos casos, economía lingüística. Por esto, no es de extrañar que el uso de la lengua anglosajona se haya expandido a todos los ámbitos de la vida, de las disciplinas académicas e incluso de la educación, donde «feedback», «smart board», «target», «blog», «online» o «email» están a la orden del día.
Los docentes juegan un papel fundamental en la evolución de la lengua y tienen la responsabilidad de desarrollar su uso correcto. Por lo tanto, si desde las aulas se activa el uso de vocablos hispanos equivalentes, se puede contribuir notablemente al enriquecimiento de nuestra lengua.
Como dijo Lázaro Carreter : «El extranjerismo no es nunca un intruso, acude porque se le llama». Así que pensémoslo dos veces y antes de convocarlo e intentemos usar el término hispano, por la salud de nuestra lengua.